La última vez que Corea del Sur enfrentó una situación de ley marcial fue recientemente bajo el gobierno de Yoon Suk-yeol, aunque solo duró unas pocas horas debido a la intensa presión política y social. La Constitución surcoreana permite declarar ley marcial en casos de emergencia nacional, guerra, o conflictos armados graves. Bajo esta medida, las fuerzas militares toman control del orden público, restringen actividades políticas, prohíben manifestaciones, controlan los medios de comunicación y permiten arrestos sin orden judicial
Contexto de la Ley Marcial
Yoon Suk-yeol declaró la ley marcial en medio de una crisis política debido a enfrentamientos con la oposición, que bloqueaba propuestas presupuestarias clave y promovía la destitución de varios miembros del gabinete. Según el gobierno, esto ponía en riesgo la estabilidad nacional, especialmente ante la amenaza constante de Corea del Norte
Sin embargo, esta medida generó una reacción inmediata tanto de los ciudadanos como del Parlamento. Miles de personas se movilizaron hacia la Asamblea Nacional en Seúl, rodeada por militares. La oposición calificó la acción como inconstitucional y llevó a cabo una votación extraordinaria que anuló la ley marcial, obligando al presidente a retirarla y ordenar a las tropas regresar a sus cuarteles
Actividades Prohibidas y Medidas Adoptadas
Durante la breve vigencia de la ley marcial:
- Se prohibieron todas las actividades políticas y las reuniones públicas.
- Los medios de comunicación quedaron bajo control militar, y se restringió la difusión de “noticias falsas”.
- Las fuerzas armadas asumieron funciones policiales, lo que incluía detener a personas sin necesidad de órdenes judiciales
- El Comercio Perú.
Paralelismos Históricos
La última ley marcial significativa en Corea del Sur ocurrió en 1980, durante el régimen militar de Chun Doo-hwan, en respuesta a protestas masivas a favor de la democracia. En esa ocasión, la medida se usó para suprimir movimientos democráticos, resultando en violencia significativa y numerosas muertes. Desde entonces, Corea del Sur ha evolucionado hacia una democracia consolidada, lo que hizo que la reciente declaración de Yoon fuera altamente controvertida y considerada un retroceso democrático
La rápida revocación de la ley marcial refleja la fortaleza de las instituciones democráticas en Corea del Sur, pero también ha dejado al presidente en una posición política frágil, enfrentando críticas severas y una moción de censura
La declaración de ley marcial en Corea del Sur por parte del presidente Yoon Suk-yeol ocurrió recientemente, aunque solo estuvo en vigor por unas horas antes de ser revocada debido a la fuerte oposición del Parlamento y la movilización masiva de la población. Aquí te proporciono un análisis detallado de este evento, su contexto histórico, implicaciones legales y políticas, y una reflexión sobre la democracia en Corea del Sur.
Fecha y Contexto de la Ley Marcial
La declaración fue emitida el 11 de diciembre de 2024, durante una crisis política en la que la oposición bloqueaba importantes propuestas gubernamentales, entre ellas el presupuesto nacional, y promovía la destitución de miembros clave del gabinete. El presidente justificó la medida alegando que era necesaria para garantizar la estabilidad nacional frente a un clima de parálisis política e inestabilidad social, que se agravaba por amenazas constantes de Corea del Norte
Aunque la Constitución surcoreana permite la declaración de ley marcial en situaciones de emergencia extrema (guerra, rebelión interna o crisis que afecte el orden público), esta medida no se utilizaba desde la década de 1980, lo que generó controversia inmediata. La ley habilita al Ejército a asumir funciones policiales, restringir derechos fundamentales como la libertad de expresión y reunión, y establecer controles estrictos sobre los medios de comunicación
Medidas Implementadas Bajo la Ley Marcial
Durante el breve periodo en que estuvo vigente, la ley marcial implicó:
- Suspensión de derechos fundamentales: Se prohibieron las manifestaciones públicas y las reuniones políticas, incluso las organizadas por partidos de oposición.
- Control de los medios: Los canales de televisión y otras plataformas fueron obligados a limitar la difusión de noticias críticas hacia el gobierno.
- Detenciones arbitrarias: Las fuerzas militares tomaron control del orden público, con poder para detener personas sin orden judicial.
- Cierre de instituciones: Algunas oficinas gubernamentales y legislativas fueron cerradas bajo vigilancia militar
- El Comercio Perú
- La Vanguardia
- El Destape.
El Ejército desplegó tropas en puntos estratégicos de Seúl, incluida la Asamblea Nacional, que fue completamente rodeada. Esta acción buscaba impedir que los legisladores opositores votaran contra la medida. Sin embargo, miles de manifestantes se movilizaron, logrando romper parcialmente el cerco militar para permitir la entrada de los parlamentarios
Reacción y Levantamiento de la Ley Marcial
La ley marcial fue revocada en menos de 24 horas tras un rechazo contundente del Parlamento y una presión ciudadana masiva. En una sesión de emergencia, la Asamblea Nacional votó para declarar inconstitucional la medida. Ante esto, el presidente Yoon cedió, retiró las tropas y convocó a una reunión de su gabinete para abordar las tensiones políticas
La oposición describió la declaración como un intento autoritario de consolidar el poder, mientras que aliados internacionales, como Estados Unidos, expresaron su preocupación por la estabilidad democrática de Corea del Sur. Por otro lado, algunos partidarios del presidente argumentaron que la medida era necesaria para frenar el caos político y la parálisis administrativa
Reflexión sobre la Democracia en Corea del Sur
Corea del Sur es considerada una democracia sólida desde su transición del régimen militar a un gobierno civil en 1987. Sin embargo, eventos como la declaración de ley marcial ponen en entredicho la solidez de sus instituciones democráticas. Las siguientes reflexiones son clave:
- ¿Es compatible la ley marcial con una democracia? Aunque la Constitución permite esta medida, su uso en contextos no bélicos o de emergencia extrema es cuestionable. En una democracia, el poder militar debe estar subordinado al poder civil. La declaración de ley marcial sin un fundamento claro puede interpretarse como un abuso de poder y una amenaza a las libertades fundamentales.
- Legado autoritario: Corea del Sur tiene una historia de leyes marciales bajo regímenes autoritarios, como el de Chun Doo-hwan en 1980, cuando se utilizó para reprimir movimientos democráticos. Aunque el país ha avanzado significativamente desde entonces, el reciente incidente demuestra que los resquicios del autoritarismo todavía pueden surgir bajo condiciones de crisis política
- La Vanguardia
- El Destape.
- Respuesta democrática: La reacción inmediata del Parlamento y la movilización ciudadana son señales de una democracia resiliente. Esto muestra que, aunque el sistema enfrenta desafíos, los mecanismos de control y equilibrio (como la oposición parlamentaria y la sociedad civil) pueden frenar abusos de poder.
Impacto Político y Social
La decisión de Yoon de declarar la ley marcial y su revocación posterior han tenido múltiples consecuencias:
- Debilitamiento de la imagen presidencial: El presidente enfrenta una moción de censura que podría resultar en su destitución. Además, su popularidad ha disminuido significativamente, incluso entre sus aliados.
- Fortalecimiento de la oposición: Este evento ha unido a los partidos opositores y reforzado su papel como contrapeso político.
- Desconfianza ciudadana: Aunque el levantamiento de la ley marcial fue celebrado, la población permanece alerta ante posibles intentos futuros de limitar derechos democráticos
- La Vanguardia
- El Destape.
En conclusión, la reciente declaración de ley marcial en Corea del Sur, aunque breve, plantea interrogantes importantes sobre el equilibrio entre seguridad nacional y derechos democráticos. Este evento subraya la necesidad de proteger las instituciones democráticas frente a posibles abusos de poder, incluso en contextos de crisis política. La rápida respuesta del Parlamento y la movilización ciudadana son un testimonio del compromiso de los surcoreanos con la democracia. Sin embargo, también es un recordatorio de que la vigilancia constante es esencial para evitar retrocesos democráticos.